Comuna Ancestral Agua Blanca | La historia contada por un comunero
Mi nombre es Pal Martínez, vivo en la comunidad Agua Blanca soy socio activo de la comunidad, hago la función de guía local. Tengo más de 38 años siendo socio comunero de esta comunidad y he estado en más de 12 oportunidades como dirigente al frente de la comunidad, mi último periodo fue del año 2022 al año 2024.
La historia contada por un comunero
A través de la historia que escribieron nuestros abuelos se habla de un asentamiento de Agua Blanca, allá por el año de 1905, pero a través de una investigación mucho más profunda que he realizado, Agua Blanca es un asentamiento continuo después de la llegada de los españoles en 1532, de la gente que se quedó en la zona resurge el pueblo de los indios de Agua Blanca, que estuvo en el mapa de Requena hasta 1764.
Entonces, Agua Blanca es un asentamiento sucesivo, nuestros abuelos estaban asentados en este territorio del valle del río Buenavista al pie de la cordillera de Chongón en una espesa vegetación del bosque seco tropical y en la zona alta el bosque de transición y el bosque húmedo. Estamos a 860 metros a nivel del mar en el bosque húmedo de San Sebastián.
En 1930 nuestros abuelos crean una comunidad campesina, con fines de la educación la religión y la agricultura, para luego de 35 años, en 1965 alcanzar la personería jurídica, mediante el Acuerdo Ministerial 3433.
En 1979 el doctor Colin McQueen realiza un primer estudio arqueológico, donde se reconocen más de 650 estructuras de piedra de la Cultura Manteña que estuvo asentada del año 800 al 15. De la cual nosotros nos sentimos ser descendientes, en la actualidad aún conservamos los rasgos de los manteños y lo podemos ver en las máscaras que se recuperaron.
Entonces trabajamos en esa autodefinición y en julio de 2010 logramos un nuevo Acuerdo Ministerial que reconoce que somos una comunidad ancestral de raíces ancestrales, con mucha actividad cultural, así desarrollamos por más de 30 años el Festival de la balsa Manteña, en un territorio colectivo ancestral de 9 200 hectáreas, dentro del Parque Nacional Machalilla. En la actualidad la estructura organizativa de Agua Blanca, tiene su ente principal en la Asamblea General, luego está el consejo de gobierno y todos los comités de pequeñas microempresas que se han ido generando a lo largo del tiempo.
En 1981 se emprendió la lucha por la tierra, después de 2 años de la creación del Parque Nacional Machalilla (1979), recibimos la información de que habían unas órdenes de desalojo.
En ese año alrededor de 70 personas viajaron hasta Portoviejo, y se tomaron el Ministerio de Agricultura, nuestros dirigentes sostuvieron una reunión con las autoridades del Parque Nacional Machalilla, de la institución que en la actualidad sería el Ministerio del Ambiente, Agua y Transición Energética, logramos que no se firmen las órdenes de desalojo, y el 30 de julio de 1981 nosotros nos asentamos.
A partir del 2010 ejecutamos un plan de vida, donde se respete nuestra cosmovisión, forma de vida, educación propia, el uso de nuestras plantas, el uso de nuestra propia alimentación, y esos espacios los hemos logrado a través de la gobernabilidad de las políticas comunitarias que hemos ido construyendo.
En el año 2019 con el apoyo de FIDES y ALDEA, ese espacio de lucha lo trasladamos a ser un territorio de vida, ser TICCA no iba a solucionar nuestros problemas, pero sí nos daba visibilidad.
Nosotros estamos defendiendo estos territorios para las nuevas generaciones, de las 9 000 ha que tenemos en Agua Blanca, al menos 5 000 ha estarían en pleno espacio de recuperación tanto el bosque seco tropical, la zona de la Cordillera Chocó Colonche, parte del bosque húmedo de San Sebastián; y las otras cuatro mil hectáreas las usa la comunidad para las actividades diarias, el turismo comunitario, la agricultura y la cría de animales domésticos, ese es el espacio que venimos desarrollando y por eso lo defendemos.
El objetivo de convertirnos en TICCA fue seguir conservando este territorio, tal vez lograr un sueño que los abuelos no alcanzaron. No fue fácil y a nosotros nos quedó esta tarea. Creo que el registro como TICCA nos ayuda a seguir defendiendo este territorio ancestral, seguir conservando y aprovecharlo de la mejor manera, con el turismo comunitario.
Nosotros tenemos el respaldo el Ministerio del Ambiente para el registro de los territorios TICCA, desde hace 30 años nos dedicamos al turismo, nos formamos como guías, las mujeres siguen cosechando la concha spondylus y la perla, trabajando la artesanía, recolectamos la leña del palo santo, se destila el aceite y hay un grupo de mujeres que hace una variedad de productos.
También, estamos recolectando la semilla del barbastro, que antiguamente nuestros manteños la usaron para pescar, en la actualidad, la estamos utilizando para elaborar jabones, detergente líquido, champú, entonces hemos capacitado a un grupo de hombres y mujeres para que aprovechen los recursos que están aquí y puedan hacer masajes a los turistas, hay familias que han adecuado su cuarto en sus casas o cabañas independientes para brindar hospedaje, hay familias que han invertido recursos mejorando lugares para dar el servicio de restaurante.
Créditos: Grupo de Trabajo Comunicación Red de Territorios de Vida - TICCA Ecuador
Galería de fotos: cortesía de Paúl Martínez
Entrevista realizada por: Yvets Morales Medina
Edición: Yvets Morales Medina
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