"Somos mujeres constructoras de paz y de derechos humanos"
Fotoentrevista con Hipatia Gudiño Acosta, coordinadora de CONAMUNE en Imbabura
[ Fotoreportaje] Hipatia María Gudiño Acosta, actual coordinadora de la Coordinadora de Organizaciones de Mujeres Negras en Imbabura, es una lideresa dinámica y pragmática. También es madre y abuela, es ingeniera en contabilidad y auditoría, experta en auditoría forense financiera. No es raro encontrar a Hipatia en cursos, en seminarios y en espacios de formación, pues para ella el aprendizaje nunca termina.
A la vez, es una mujer muy sociable, que dedica tiempo y cariño a la amistad y a su familia. Empoderada y feminista, a sus 47 años, tiene más de la mitad de su vida en procesos organizativos, principalmente de jóvenes y mujeres afroecuatorianas.
Hipatia, ¿qué significa para ti haber crecido en el Territorio Ancestral Afrochoteño?
Es esperanza, vida, abundancia y fortaleza. Crecer y vivir en el Territorio Ancestral del Valle del Chota me transmite la fuerza, ahí vive el legado que nuestras ancestras y ancestros nos siguen dejando. Ahora vivo en Ibarra por temas laborales; pero, para lo demás estoy situada en el territorio. Eso me da vitalidad y fuerza.
¿Cómo nació en ti la pasión por los derechos de la población afroecuatorianas?
Desde niña me ha gustado participar en eventos, clubes e iniciativas. Un 11 de septiembre de 1999, acompañé a mi mamá a un encuentro de la Confederación Nacional Afroecuatoriana (CNA) que se realizaba en el Territorio Ancestral. Yo era joven y recuerdo que decidí acompañarla porque en el lugar del encuentro había una piscina. Sin embargo, presencié la reunión, me interesé por los temas conversados. Recuerdo también que sentí temor por la desigualdad de poder entre los hombres sobre las mujeres. Las mujeres afro, principalmente de la Costa, pedían más espacios de participación, pero el poder de los hombres era brutal, inalterable.
¿Recuerdas cómo nació la CONAMUNE?
Yo tenía 25 años. Ese día, recuerdo a las lideresas de la Costa, María Luisa Hurtado, Mary Quiñonez entre otras, reunidas alrededor de una mesa con las lideresas de la Sierra, como Barbarita Lara, Catherine Chalá, y muchas más. Decían: "¡Hagamos algo!". Se propuso como referente al Consejo Nacional de las Mujeres (CONAMU) y se pensó en conformar una organización solo de mujeres afroecuatorianas y, en ese momento, quedamos en reunirnos la primera semana de febrero en Quito. Así se hizo y se creó la CONAMUNE (Coordinadora Nacional de Mujeres Negras del Ecuador). Hoy, puedo agradecer a ese machismo incrustado de los hombres, que fue lo que nos dio el impulso para hacerlo (sonríe).
¿Cómo incentivar el liderazgo y la participación de mujeres jóvenes en la CONAMUNE?
Las jóvenes y adolescentes nos ven como las sabias, las que tenemos la palabra. En efecto, creo que las lideresas más ancianas o de más edad debemos dar un paso al costado y dejar que ellas participen. Yo me sentía la más chiquita, pero nunca temblé al hablar. Usualmente, las mujeres de la Sierra han sido más tímidas al expresarse. La gente de la Costa, en cambio, es más de frente. Yo aprendí mucho al relacionarme con las lideresas de la Costa. Asimismo, estoy segura que las mujeres de la Costa también aprendieron mucho de las mujeres de la Sierra.
¿Cómo valoras el panorama actual de la CONAMUNE en Imbabura?
Siento que hemos vuelto a nacer con fuerza. La CONAMUNE es una organización viva y de mujeres poderosas. Nuestro trabajo ahora consiste en vincularnos a distintos espacios cantonales y provinciales de decisión, participando en los Consejos de Derechos, en las mesas contra la violencia basada en género, y en otros. En este sentido, el proyecto Hilando Liderazgos ha venido en un momento muy oportuno.
En Imbabura somos más de 300 mujeres, pero la mayoría no están inscritas en los documentos oficiales del MIES, en los cuales solo están registradas 72 mujeres. Es clave hacer visible que somos más. Las lideresas están presentes en cada comunidad, donde tenemos comisiones de educación, de cultura, de deporte, etc. El proceso no es vertical, sino horizontal. Todas pueden tomar iniciativas, que nada nos divida, que nada nos reste.
¿Cuáles son las temáticas prioritarias en Imbabura en la agenda de las mujeres afroecuatorianas?
En primer lugar, la erradicación de la violencia basada en género. Aún, la violencia sigue latente, muchas mujeres no ven que somos violentadas, pocas estamos realmente empoderadas desde una visión feminist; pero, en la cotidianidad, se sigue tolerando y normalizando la violencia.
Otra lucha de las mujeres afros es en el ámbito de los derechos laborales. Sigue siendo difícil nuestra inclusión laboral. A pesar de un gran curriculum, se sigue pensando que solo servimos de asistentes de cocina, de encargadas de la limpieza o de empleadas domésticas. Ahora hay muchas mujeres jóvenes preparadas, y me atrevo a decir que es uno de los procesos impulsados por la CONAMUNE. Estas jóvenes deben tener la oportunidad de servir a los demás. Seguimos viviendo discriminación por ser mujeres, por ser negras, por ser pobres, por vivir en el campo, por la edad.
¿Cuál es tu mensaje a las compañeras?
Somos mujeres con identidad propia, constructoras de paz, de derechos humanos. Las mujeres afrochoteñas seguiremos luchando por la igualdad y los derechos, para que se respete nuestra forma de vida, para poder vivir sin violencia. Les quiero decir que, en la lucha, hay momentos en que nos desanimamos, porque no vemos los resultados inmediatos; pero, no estamos aquí por nuestro ego o por nuestra recompensa personal, sino por nuestras descendencias y por las demás compañeras. Quiero dejar sembrado mi nombre, haciendo bien las cosas.
Por: Nicoletta Marinelli, Fundación ALDEA, 2021.