Ecuador cerró el año 2020 con 118 femicidios, sigue la tendencia de un feminicidio cada 72 horas

Las cifras de la vergüenza: 118 feminicidios en el 2020 ¿a quién le importan los feminicidios?

Son 118 feminicidios desde el 1 de enero al 31 de diciembre 2020. Son 118 vidas arrebadas por la violencia patriarcal, en el año de inicio de la pandemia. Diecinueve víctimas tenían menos de 18 años; la más joven tenía apenas 4 meses de edad y la más adulta tenía 83 años; las edades más frecuentes están entre los 25 a 30 años. Esta información ratifica que el principal riesgo para ser víctima de feminicidio es ser mujer y que la violencia basada en género está presente a lo largo de todo el ciclo vital.

El monitoreo, realizado por la Alianza para el monitoreo de los feminicidios en el Ecuador, revela que los meses más violentos en el 2020 fueron noviembre (17), mayo (15 ), agosto (13) y diciembre (11). El 16 de marzo del 2019 se declaró en el país la emergencia sanitaria por COVID-19 e iniciaron medidas estrictas de confinamiento que se extendieron hasta el mes de junio. Aún así, mayo (en pleno periodo de confinamiento) fue el segundo mes más violento del 2020. Las provincias con mayor número de casos de femicidios fueron Guayas (30), Pichincha (20) y Manabí (11). En un 12,8% de casos, las víctimas fueron reportadas como desaparecidas antes de confirmarse su feminicidio. Veinte de los femicidas se suicidaron después de haber cometido el crimen mientras que otros cinco intentaron suicidarse, aunque no lo lograron.

El feminicidio, la expresión más extrema de violencia contra las mujeres, inicia con ciclos de violencias que se van instaurando en la cotidianidad de las mujeres y sus familias, y esto se pone en evidencia con el hecho de que un 31,4% de mujeres (37) ya habían reportado antecedentes de violencia. Es decir, alguna institución del Sistema de Protección (¿de derechos?) conoció la situación que enfrentaban estas mujeres y no pudieron hacer nada para protegerlas. Peor aún, cinco mujeres tenían boleta de auxilio.

Desde el primero de enero del 2014 hasta el 31 de diciembre 2020 honramos la memoria de 850 mujeres víctimas de feminicidio en el Ecuador. ¿Cuántos de esos feminicidos han sido judicializados y han tenido el debido proceso y la debida diligencia procesal para garantizar la atención y reparación a los familiares? ¿Cuántos de los feminicidias han recibido una sentencia ejemplar que permita dar pasos contundentes para erradicar la violencia contra las mujeres en el Ecuador?

Si esto no nos alerta o nos indigna, entonces ¿qué? ¿Cuántas mujeres y niñas tienen que morir ante la pasividad e inactividad de un sistema de protección y de justicia que no funciona? Es urgente que se destinen recursos suficientes para la aplicación de la Ley Orgánica para la Prevención de la violencia contra las mujeres.

Las organizaciones de mujeres y feministas seguimos monitoreando los feminicidios en el Ecuador porque sentimos la urgencia de insistir en una política pública integral, adecuada, oportuna, porque exigimos que las instancias competentes asuman y cumplan sus funciones en la prevención y atención de la violencia contra las mujeres, en el seguimiento de casos y en la garantía del ejercicio de los derechos a una vida libre de violencias.

Solo tomando las cifras del año 2020 nos preguntamos ¿qué pasa con los hijos e hijas de los 20 casos en los que los femicidas se suicidaron? ¿Dónde están y quiénes les protegen? ¿Qué pasa con los procesos judiciales para garantizar la reparación a por lo menos 104 niños y niñas, hijos o hijas de las mujeres víctimas de feminicidio durante el 2020?; ¿Qué acciones o medidas se tomarán en los 37 casos en los que las víctimas tenían antecedentes de violencia y se habían acercado a uno de los servicios de atención? Exigimos respuestas: ¿Por qué aún no funciona un sistema de proteccion integral? ¿Quiénes son responsables de no haber concretado la política pública de protección y cuáles son las sanciones por no cumplir con sus responsabilidades? ¿Dónde está el registro único de violencia que manda la Ley? ¿Dónde quedó el presupuesto para la implementación de la ley?

Necesitamos respuestas pero, sobre todo, necesitamos acciones inmediatas, reales y concretas para que esas vidas arrebatadas reciban justicia, al igual que sus familias; que el mensaje a la sociedad no sea el de la impunidad sino el de la Memoria, Justicia y Reparación integral.

Estamos a las puertas de un nuevo proceso electoral, exigimos respuestas claras sobre cómo van a erradicar la violencia de género en el Ecuador.

Honramos la memoria de nuestras hermanas: Virginia Monserrate; Katthy Ordóñez; Johanna Gabriela; Cinthia; Paulina Elisa; Noelia Selena; Melissa Dioselina; Jenny Maribel, Nayeli; María Magdalena; Sisa Yessenia; Olga; Adriana Alexandra; Johana; Doris; Maria Victoria; Maria Monserrate; Maricelys Del Carmen; Gabriela Andrea; Maria Inés; Lucrecia; Tamia Sisa; Marlene Elizabeth; Elvira Soledad; Paula Andrea; Rosa; Wendy; Carmen Mariana; Katty; Brigith Solange; María; Andrea Fernanda; Katherine; Milena; Judith Luciana; Emili; Sani; Gloria Enriqueta; Camila Solis; Jennifer Beatriz; Estrellita; María Isabel; Zoila; Elizabeth; Mariuxi Belén; Liliana Jackeline; Gabriela; Sasha; Cristina Ivonne; Sara Anabel; Daniela; Lisseth Carolina; Gema Gisella; Paulina Estefanía; Juana; Marjorie Lorena; Belkis; Konny; Yulexy; Elsa; María Gabriela; Lidia Lucila; Daniela Del Carmen; Isbeli; Paola; Valentina Anyerlin; Johanna Raquel; Génesis Thalia; María Mercedes; Mayra; Rosa Angélica; Kattya Elizabeth; Jenny Alexandra; Jéssica Anabella; Katherine Paola; Adriana Julissa; Maité; Antonella; María Carmen; Johanna Patricia; Julia; Silvia; Emilia; Katherine; Marilyn Morelia; Yomira; Maribel; Cristina; Fladis Casilda; Gabriela; Anahis; Melany Grace; Maria Rosario; Jazmín Johanna; Jessenia; Karen Natalia; Verónica; Fanny; Emily Juliana; Vilma Janine; Mikaela; Rafaela; Angela Sofía; Rosa María; Cristina Liliana; Eliana Virgnia; Gloria Maribel; Shelmín; Melany; Flor Del Rocío; Jéssica Patricia; Yuliana; Lisbeth Tatiana; H.J. "La Tigra"; Gabriela Alejandra; Mercy…

¡Por ellas no nos callamos más!

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