206 femi(ni)cidios en Ecuador ¡Nos declaramos en alerta nacional y vigilia permanente!
¿Dónde está María Belén Bernal?
Le preguntamos al Estado, le preguntamos a la Policía Nacional…
Todas somos María Belén y junto a su madre alzamos la voz.
Presentamos hoy en rueda de prensa el mapa de femicidios desde sociedad civil. Son 206 las mujeres que han sido asesinadas desde el 1 de enero hasta el 3 de septiembre del 2022, incluidos 6 transfemicidios y 115 femicidios por delincuencia organizada.
Por lo menos, 82 mujeres eran madres y 144 niños, niñas y adolescentes han quedado en la orfandad en lo que va del año. ¿Dónde están los bonos para los hijos e hijas de las víctimas?
De las 206 mujeres, 32 tenían antecedentes de violencia y 8 incluso tenían boletas de auxilio. Es decir que son femicidios que pudieron evitarse.
Más del 50% de los femicidas tenían una relación sentimental con la víctima. Guayas, Esmeraldas, Manabí, Los Ríos las provincias donde más femicidios han ocurrido. Les siguen Pichincha, Santo Domingo, Azuay, Cañar y El Oro. Este año, en el Ecuador, cada 28 horas una mujer ha sido sido asesinada por la violencia femicida. Y nos siguen matando.
Una escalada de violencia que se ha incrementado, tal como lo muestra el estudio “Femicidios en Ecuador: realidades ocultas, datos olvidados e invisibilizados”, en donde recopilamos información desde el 2014 al 2021.
Hay nuevos contextos y nuevos elementos en la forma como se perpetra este delito. La impunidad mata y requerimos una política pública eficiente con presupuestos suficientes para la prevención de la violencia, atención a las víctimas y reparación integral a sus familias. Se requiere que el Estado asuma su responsabilidad en la garantía de derechos para las mujeres, niñas y adolescentes ecuatorianas. Un sistema de justicia y un sistema de protección con celeridad y debido proceso, funcionarios y funcionarias públicas que cumplan la norma y se acerquen a las víctimas, basta de encubrir femicidas y agresores.
Hacemos un llamado urgente al Presidente de la República y a todos sus ministros y ministras para que se instauren mesas de diálogos con las organizaciones de mujeres y feministas en todos los territorios, urbanos y rurales.
La impunidad mata, la impunidad se toma las calles y comunidades de este país.
Nadie nos calla.